En la época medieval una de las formas literarias predilectas era el bestiario —descripción enciclopédica de animales— real, supuesto o imaginario. Nuestro planeta está poblado por mucho seres extraños y asombrosos: ornitorrincos, pangilines y osos hormigueros; pero también por monstruos como el fénix, el rocho y la quimera, que no se peuden encontrar, ni en el punto más remoto del mundo. Los escritores de ciencia ficción han intervenido para llenar este vacío de la historia no-natural. Por la páginas de las revistas especializadas han desfilado los animales más inverosímiles y fantásticos que hayan sido creados por la imaginación del hombre desde el pogeo de los recopiladores de los bestiarios del siglo XII. Robert Silverberg, ganador de dos premios Hugo y del premio Nébula en 1970, ha reunido en estos nueve cuentos sólo algunos de los pocos animales que componen esta fauna fantásticas, tales como gnurrs, hurkles, hokas, insectos bach, y una jirafa azul…