En el principio hubo nueve grabados coloniales sobre cuyas placas en blanco y negro el gran artista Francisco Toledo sobregrabó trazos y colores nuevos. Paralelamente, Carlos Monsiváis escribió una serie de textos a modo de catecismo para indios, con el loable fin de alejarlos de supercherías y encaminarlos por la buena senda. Aquellas ilustraciones y aquellos textos se juntaron en una edición limitadísima, para bibliófilos. Y ahora, para el presente volumen, unas y otros se han ampliado: seis ilustraciones más y numerosos textos adicionales, aquéllas tan notables como las originales, éstos tan regocijantes e instructivos como le sienta a la pluma de Carlos Monsiváis. Un volumen tan hermoso como delicioso.