—Pero si de verdad el día de hoy es en honor de cien niños asesinados en la guerra —dijo—, ¿es un día para un espectáculo emocionante?
»La respuesta es que sí, con una condición: que nosotros, quienes lo celebramos, estemos trabajando de forma consciente e incansable para reducir nuestra propia maldad y estupidez y la de toda la humanidad.