—No, Naomi, no suelo ser así de contradictorio, y la culpa es tuya, hostia. No quiero que me gustes. No quiero pasarme un día entero paseándome por el puñetero centro comercial y peleándome con el tráfico por ti. Y te aseguro que no quiero ver cómo te pruebas ropa interior. Pero tampoco quiero que estés sola cuando hay un tío en Knockemout preguntando por t