Las ballenas se parecen a nosotros.
Lloran cuando secuestran a sus hijos,
son 97% agua,
cada familia habla su propio lenguaje,
tiene caries, son polígamas,
permanecen horas suspendidas en diagonal,
acurrucadas unas sobre otras.
Cuando sueñan las ballenas
son delicadas flores de pétalos de carne.