Chamanes eléctricos en la fiesta del sol

Quizás ella me juzgue por lo de Noa, sería lo normal: es demasiado joven para entender que la culpa pesa menos que el sacrificio

La paciencia es una responsabilidad adulta.

No nos arrepentimos, era lo correcto de hacer, pero el temor hace que dudes hasta de lo correcto.

nos dijo la señora de la hacienda: es pesado el camino, es lodoso y bien largo, no vayan así, pero no le hicimos caso. Uno nunca le hace caso a lo que debería. Uno quiere equivocarse para tener algo que contar, para bailarle encima al error.

Y al error le bailamos.

De eso hablamos: de que la música y el baile salen del más allá para devolvernos las ganas de vivir. Sin la pérdida no habría nada sonando ni nada bailando. Ciegos estaríamos si no sufriéramos. Ciegos y sordos.

Es tonto pensar que dos dolores pueden ser colocados en una balanza o que alguien puede determinar qué herida es mejor que otra. No hay herida que sea mejor y cualquier daño echa raíces dentro de nosotros.

La soledad es no tener nada que decirles a las personas que quieres.

Se lo dije a Carla en voz baja y ella me respondió que la poesía era el único espacio en donde todo podía mezclarse. Me dijo: es una forma distinta de pensar, por eso en un mismo verso cabe la historia de la ciencia y la de la fe, la de la astronomía y la de la espeleología, la del arte y la de la guerra.

Por el contrario, la música exige ser oída aunque te imponga un ritmo doloroso, aunque sea estridente.

Dirige tu pensamiento y tus emociones. Es autoritaria.

El silencio es muerte y también una pausa.