Rosetta tiene dieciséis años y en su corazón late una pasión desbordante por el fútbol; Giovanna tiene el mismo amor por el calcio, cuya práctica es para ella también un gesto político; Marta, sabia y pausada, está decidida a defender con uñas y dientes su derecho a salir al terreno de juego, igual que la testaruda Lucchi, a quien su padre le prohíbe acercarse a una pelota. Estas son algunas de las chicas que formaron parte de la pandilla de amigas que en los primeros años treinta dieron vida al Gruppo Calciatrici Milanese, el primer equipo italiano de fútbol femenino. Pero en esos años Italia se encontraba bajo el yugo del fascismo, y no estaba preparada para aceptar un fenómeno que pronto empezó a despertar la atención de los periódicos y a desquiciar al régimen. ¿Qué hacían unas chicas practicando un deporte para hombres? ¿Cómo se atrevían a descuidar su «función primaria de madres» para correr detrás de una pelota?
Este libro narra la historia de estas pioneras del fútbol, de su amistad, de su lucha contra el Duce y contra los prejuicios de una sociedad envenenada por el fascismo y sumida en una mentalidad machista que en parte persiste a día de hoy. Entre victorias épicas, duras derrotas, aliados inesperados y enemigos acérrimos, estas chicas reivindicaron antes que nadie la igualdad en el deporte y dieron los primeros pasos en un camino, el del fútbol femenino, plagado de injusticias y con todavía kilómetros y kilómetros por recorrer.