No hay nada más que decir sobre este libro que no venga escrito en sus páginas. Clarice Lispector lo dijo todo, continuo, como hechizada de sí misma, de su escritura, de su voluntad, envuelta en el "it", cobijada por ese "x", empañada de cierta libertad y a veces de cierta oblicuidad. La escritura no termina nunca. O puede, bien, terminar abruptamente. Sépase que nunca ha de saberse la verdad. Resta seguir leyendo.
Me siento muy llena de Clarice Lispector.
Un monólogo introspectivo, sin embargo, narrado para otra persona sobre lo que es ser una persona. Sentir que te quieres morir en la complejidad del mundo, tratar de entenderlo, ir tan dentro y finalmente desearte y encontrarte viva.
¡Glorioso!