En principio, dos asesinatos y la misma arma. El primero, el cadáver
de una vieja aparece dentro de un tonel enterrado después de haber
estado catorce años desaparecida. Después, en la casa de la vieja
encuentran a un conocido criminal muerto. ¿Es azar? ¿Un crimen resuelve
al otro?
Con esas preguntas en la cabeza, con la certeza de que
tiene el material para otra novela, el escritor de policiales Simón León
quiere volver a escribir después del módico éxito que ha obtenido. Solo
le falta el detective Jeremías Gillette Jeremías, el anómico inspector de la Bonarense de San Miguel.
Cumbia
cumbia cumbia, tres hermanas japonesas enamoradas de un mismo hombre,
desarmaderos, venta de armas a delincuentes de poca monta, buches de la
policía aparecen en la segunda entrega de la serie del detective
Gillette. Negra hasta la médula, Nunca me faltes explora en clave policial los límites de la amistad.
Ezequiel
Dellutri ha inventado un personaje literario y carnal a la vez con
Gillette: irónico, obsesivo, tenaz, anómico, cruel; y se ha revelado
como una de las nuevas voces del policial en la Argentina.