Un matrimonio joven, al borde de la desintegración, viaja a un pueblo de provincia con la idea de comprar un auto. «Puede ser lo último que hagamos juntos si las cosas no van bien”, dice Leo, el protagonista. Y las cosas no van nada bien. Todo lo contrario. De aquí en adelante, Tambor de arranque contará varias historias a la vez: el declive final de la joven familia, la disolución existencial del protagonista y el refugio familiar por el que opta su mujer.
Los objetos asumen en este contexto una presencia excluyente: son metáforas de las ilusiones grises, pero ilusiones al fin, propias de una época de decadencia, narrada a la manera de cuadros hasta el derrumbe final.