En pleno inicio de las vacaciones de verano, los papás de Benjamín, médicos los dos, son llamados a atender una situación de emergencia. En lugar del tan esperado viaje en familia, el chico de once años debe irse a pasar los días con el primo de su padre, otro médico que vive en un pequeño pueblo de provincia, en una casa solitaria nada menos que en la Calle de los Muertos. Benjamín solo ha visto a su tío Lucio y a su primo Tomás una vez en la vida; sin embargo, los recuerdos que guarda de ellos son tenebrosos. Nada más llegar al pueblo comienzan las situaciones extrañas, exageradas por la vívida imaginación del niño. Al llegar a la casa, todo parece normal, hasta su tío; pero poco a poco Benjamín debe enfrentarse a circunstancias que nunca esperó, como la aparición de un fantasma que le tiene una misión, el descubrimiento de que su primo ha muerto y su tío lo ha embalsamado, y ver luego en peligro incluso su vida. Con la ayuda de una niña amiga de Tomás, logra escapar, ayudar a que su primo descanse en paz, rescatar a su tío de la locura y salvar a todo el pueblo de una terrible desgracia. Una novela envuelta en misterio y terror, que termina siendo una conmovedora historia sobre la pérdida de un ser querido y el proceso del duelo.