Una novela que gustará a los apasionados por a historia romana, además de ser una increíble narración de una mujer que llegó a cambiar la historia.
Posteguillo entretiene, poco más. Una vez más, demuestra que no es ni literato ni historiador, sólo un fervoroso entusiasta de Roma. Su mérito: crear la primera obra basada en este genial personaje. Su pecado: crear una obra poco profunda, acartonada, con personajes caricaturescos. Cuando leo a Druon -otro novelista histórico pop-, siento que me dan una cátedra con cientos de datos nuevos para mí, al tiempo que disfruto una obra de arte. Posteguillo nos ha novelado un artículo de Wikipedia, con tímido dominio de su escenario para jugar con él a su antojo y con muy, muy poco lustre literario. Más allá de entrenerme una buena cantidad de horas, cosa que no desdeño, no aprendí prácticamente nada nuevo más allá de lo que ya sabía sobre Julia Domna y su contexto. Un pastelillo industrializado. Next.
PD: El hecho de que el autor insistiera más de un centenar de veces en la belleza física de Julia -y quizá apenas ni una docena de veces en su astucia o cultura general- me decepcionó en grado supino. Posteguillo convierte sin justificación a Julia en una loba política. Eso entristece.