Es hermosa la novela de Elina Malamud, contada con gracia, con información y mucha fantasía: tíos que levitan al tocar el violín, vacas que viajan por los aires para descender en el jardín de un pariente necesitado o duendes de la niebla. Todo vale para describir a a su familia y, así, describir a todas las migrantes.
Y de paso, contar la Historia desde la parte delgada del hilo.
Muy recomendable.