esa tela, la sencilla navaja Stanley, un viejo reloj de pulsera sin correa− para hacer frente a las sencillas situaciones que se repetían en sus procesos cotidianos; él, en cambio, confiaba en la fuerza bruta, las conjeturas o la disponibilidad de algo a mano que poder utilizar. A él se le antojaba importante que existieran diferencias palpables entre ambos, tanto si ella tenía razón en algunos aspectos como si no, cosa que él bien sabía