A la gente le gusta decir que los muertos parecen dormir, y quizá Kavita lo habría dado por bueno en diferentes circunstancias. Con Ahunna fue así, pero, al fin y al cabo, ella murió mientras dormía. En su caso, el sueño y la muerte se confundieron, y cuando al día siguiente le dieron sepultura, llevó paz consigo. Pero Kavita ya había visto un Vivek muerto: el del porche, la sangre coagulada, el pie torcido. No serían capaces de engañarla con esta versión pulcra, no podían imbuirle una paz que nunca hubo. Y no porque no lo hubieran intentado