Feral

Para sobrevivir vibramos tan bajo que fuimos subterráneas.

De esta panza mía que fue tuya toda, en medio de la primavera te doy la luz, a esta tierra llegas a cantarle a la luna.

De esta panza mía que fue tuya toda, en medio de la primavera te doy la luz, a esta tierra llegas a cantarle a la luna.

Y sí, hay un acto de fe en esto.
De creer en que esto que hacemos vale la pena.
De creer en que esto nos puede dar claves de quiénes fuimos, quiénes somos, cómo evitar ser también.

emoción de ser parte de algo que me rebasa por completo.
Avanzo, nudo apretado.
Una pausa.
Quisiera no respirar.
Que mi cuerpo, sus secreciones, no contaminen nada.
Quisiera estar aquí, pero desaparecer mi cuerpo.
Ya con mi cuerpo que no se borra, con mi cuerpo nudo, me pongo a excavar donde me indican que será mi sección de las ofrendas.

Uno de mis escritores favoritos, James Baldwin, dice que la gente está atrapada en la historia y la historia atrapada en la gente.
Me desconcierta no conocer tu historia ni saber qué de lo que me atrapa, de lo que yo atrapo o contengo, es tuyo.

Momentos en los que me escuchaba y no me reconocía después de haber hablado.
Como si alguien más hablara, como si alguien me hiciera gritar cosas que no quería decir en el calor del momento.
Me pregunto si eso lo saqué de ti.
O de tu ausencia.
No sé si los fantasmas dejan herencia.

¿Ruinas?
A mi madre sí, pero a mí no me arruinaste.
Esa historia no te la concedo.
Soy todo menos perfecta.
Pero eso sí, me entregué completa.

Me da miedo que la vida me chupe.
Que alguien, un hombre, me robe todo lo que tengo, como tú hiciste con ella.
Que me quede sin trabajo, sin herramientas, sin capacidad para pensar, buscar, imaginar, escribir.
Hay otros días, los peores, de hecho, que me preocupa volverme como tú.
Dejarlo todo.
Hacer un hoyo y desaparecer.
Dejar huecos vacíos.
Escribo estas palabras para no desenterrarme.

Desaparecieron más y más mujeres.
Y Eugenia y más tarde sus amigas.

Pero quedamos algunas.
Y acá escribimos a cuatro patas.
Ahora que hablas, que dices esto, que lees en voz alta mira esas partículas miniatura que salen de tu boca al pronunciarnos: esas también somos.

Acabar con la comuna, con lo común, terminar con todas tendidas en ataúdes.
O en hoyos.
O bolsas.
O en nada.
Erradicar, ultimar, cesar, liquidar, matar, eli-

minar suprimir, exterminar, aniquilar, desaparecer.
Empezaron por silenciarnos y luego quisieron borrarnos.
Ni tan poco a poco.
Documentamos que en las paredes se contaban cuántas mujeres morían al día.