Buscar el reino de Dios equivale a buscar la verdad, que es el Reino de las ideas perfectas donde no puede entrar el miedo, la duda, la enfermedad, la discordia o la pobreza. De acuerdo con este principio, el hombre inicia un camino de evolución mental ya revelado por Jesús: "Sed perfectos como es el padre vuestro», nos hace entender que el crecimiento es posible sólo mediante una conducta de justicia y amor hacia todo. La perfección no es una utopía, es un actuar correctamente a beneficio de los seres vivos, una pureza interior que nos mantiene alejados del actuar erróneamente.