Minima moralia, probablemente una de las obras más conocidas de Adorno, fue escrito en su mayor parte en los años finales de la Segunda Guerra Mundial. Con la perspectiva del intelectual en el exilio siempre presente, el autor articula en tres partes y un apéndice un corpus poderoso y coherente de aforismos, teñidos de un profundo sentimiento de desgarro, en los que aborda algunos de los ámbitos favoritos de su pensamiento, como la sociología, la antropología o la estética. El conjunto constituye, sin duda, una de las obras fundamentales de la filosofía de la segunda mitad del siglo XX, que se presenta ahora en una nueva traducción corregida y aumentada.