Enfermos de tristeza, Esteban y Efraín Olmedo son acusados de matar al perro de enfrente, crimen atroz que debe ser castigado. Pero ¿los huesos son de un perro o de un hombre? Un investigador que llega desde la capital con la misión de deshilar este enredo se topará con historias inconclusas que de nada le sirven para resolver el misterio. En este insólito pueblo, una mujer prepara su propio cajón para morirse, los asistentes a una boda continúan los festejos pese a un asesinato, una sombra se aleja con un ramo de margaritas que dos hombres ofrecen en una tumba vacía. El lector habrá de superar los desaires, los murmullos, la diversidad de los relatos y, a punto de la locura, como el propio investigador, deberá encontrar las claves para resolver el misterio.