Gasta en experiencias, no en cosas. Las experiencias como los viajes, restaurantes, nuevos descubrimientos, momentos compartidos de darán mucha más felicidad que las cosas materiales. Las experiencias crean recuerdos que puedes atesorar por el resto de tu vida, crean aprendizajes, expanden tu mundo y te abren la mente a posibilidades nuevas.
Gasta en cosas que te den tiempo. Delegar todas las actividades que no te gusta hacer, como limpiar tu casa, ir a pagar los servicios, etc. Te dará más tiempo para hacer lo que de verdad te gusta hacer. Contratar personal capacitado en quien puedas confiar y delegar, libera enormemente tu agenda y te compra tiempo de vida muy valioso.