arremeter contra la propiedad o el control burocrático de los medios de producción, el anarquista se alinea con los que luchan por instaurar «la tercera y última fase emancipatoria de la historia»; si la primera convirtió a los esclavos en siervos y la segunda hizo de ellos trabajadores asalariados, la tercera abolirá el proletariado en un acto definitivo de liberación que pondrá el control de la economía en manos de asociaciones libres y voluntarias de productores (Fourier, 1848).