El cardenismo constituye el movimiento político y social más importante de la época posrevolucionaria. Sin embargo, la dimensión histórica de Cárdenas es paradójica: si es la conciencia crítica de la revolución de 1910, también es el impulsor consciente de las instituciones que hoy definen y rigen al país; si su mandato se significa por las reformas, éstas en rigor abrieron la puerta al desarrollo capitalista y a la organización de las masas bajo la tutela vigilante del Estado.