Estas páginas no ocultan los límites de la visión del sacerdocio propia de Alberto Hurtado y a la vez permiten captar de qué manera es capaz de reorientar, con sana autocrítica, su manera de comprender el seguimiento de Cristo en un período de tantos cambios. El libro deja hablar a Alberto Hurtado, lo que permite adentrarse en el drama interno de este sacerdote que se expone con gran apertura a la realidad y percibe la gravedad de la crisis de vocaciones.