siquiera sabe si el feto que lleva en el vientre es niño o niña. Si es negro, blanco o azul. Si es testarudo o dócil, inteligente o estúpido. Si es el vástago de un millonario hecho a sí mismo o de un dictador asesino. O de un multimillonario que se ha enriquecido fabricando bombas, o de uno de esos untuosos jefazos de las empresas farmacéuticas, que suben los precios de medicamentos vitales para poder comprarse un jet privado mientras mueren millones de personas. O de un oligarca de Oriente Medio que no dará su consentimiento para que sus hijas vayan a la escuela y que se alegró cuando le pegaron un tiro en la cabeza a Malala. O de un potentado de las finanzas que vendió hipotecas basura a personas ignorantes de Florida y se compró una isla en el Caribe mientras a esas gentes les embargaban la casa.