otros planos del sistema lingüístico no ocurre lo mismo: ni un hablante individual, ni siquiera un grupo de ellos, ni tampoco una institución (como la Real Academia Española en el caso de nuestro idioma), pueden inventar o introducir un nuevo fonema, ni una nueva oposición morfológica o gramatical. Si una lengua tiene dos géneros, y por tanto una concordancia binaria, nadie puede conseguir que pase a tener tres, y