Me volví hacia el profesor mientras hablaba, una figura diminuta recortada contra la pared de roca y hielo de doscientos metros; una imagen absurda, con su sombrero y sus pantalones arrugados, y sin embargo lleno de dignidad y autoridad. Se veía el poder de los glaciares y los torrentes, y no eran nada en comparación con el poder de ese orgulloso insecto que los inspeccionaba y comprendía