–Ah, le aseguro que esto no es ninguna fiesta. ¡Ni siquiera tenemos jardín! Aunque estoy decidida a tener uno, porque el paisaje es precioso… verdaderamente insuperable –dijo, mirándolo de arriba abajo.
Cailean se estremeció al sentir la reacción de una parte muy particular de su cuerpo, que se alzó de su sueño