resultado es mejor que el concepto original. Cuando eso pasa, es todo un placer. El verdadero desafío reside en meterse en el condenado asunto, y esa es la razón, creo, por la que muchos aspirantes a escritor con grandes ideas nunca llegan a coger la pluma o a empezar a teclear. Muy a menudo es como tratar de arrancar un coche en un día frío. Al principio el motor ni siquiera cobra vida; solo gime. Pero si perseveras (y no se agota la batería) el motor arranca y comienza a funcionar… primero con un sonido áspero… y después acompasado.