Macbeth (Bilingüe)

No es la vida más que una

andante sombra, un pobre actor que se pavonea

y se retuerce sobre la escena su hora, y luego

ya nada mas de él se oye. Es un cuento

contado por un idiota, todo estruendo y furia,

y sin ningún sentido.

todos nuestros ayeres han alumbrado, necios,

el camino a la polvorienta muerte.

¿No puedes asistir a un alma contagiada,

arrancar de la memoria una arraigada pena,

borrar las turbias escrituras del cerebro,

y con algún suave antídoto de olvido

limpiar el prieto pecho de la dañosa flema

que carga el corazón?

Que tus oídos no desprecien a mi lengua

por siempre, que los va a llenar del más horrendo

son que han oído nunca.

Extrañas cosas tengo en la cabeza

que bajar quieren a las manos,

que es fuerza que ejecute

antes que nadie su secreto escrute.

hoy, antes que el murciélago

despliegue el enclaustrado vuelo, que al conjuro

de la negra Hécate el acorazado grillo

con adormecida grita taña el soñoliento

repique de la noche, estará cumplido un hecho

de espeluznante marca.

yo soy un hombre

que viles golpes de este mundo y bofetadas110

lo tienen tan quemado, que me importa un bledo

qué ultraje al mundo vaya a hacerle.

por el reloj es día, pero negra noche

ahoga aún la errante lámpara. ¿Es soberbia

de la noche o es pudor del día, que tinieblas

celen así la faz del mundo, cuando debe

la viva luz besarla?

el viento derribó las chimeneas; cuentan

que se oyeron quejas en el aire, extraños gritos

de muerte, profetizando con terrible acento

siniestro incendio, confusión recién salida

del huevo del funesto tiempo; el negro pájaro

graznó en la eterna noche; dicen que la tierra

tuvo fiebre y tembló.

«¡No duermas más!:

Macbeth asesina al sueño», el inocente sueño,

el sueño que desenreda el embrollado ovillo

de las preocupaciones, muerte de la vida

de cada día, baño de enconadas penas,

bálsamo del alma herida, dádiva segunda

de la gran Madre, principal manjar

en el festín del mundo.