En su traducción de los dos primeros cantos de la Ilíada, originalmente aparecida en la páginas de la mítica revista Poesía, Luis Alberto de Cuenca procura ser fiel tanto al original homérico -cuya dicción formular se respeta de forma especialmente escrupulosa— como a la lengua castellana. Basada en la edición canónica de David B. Monro y Thomas W. Allen (Oxford, 1920) y en la mucho más reciente de Martin L. West (Bibliotheca Teubneriana, 1998–2000), la versión de De Cuenca ha sido corregida y retocada para esta edición, que incorpora, además, las preciosas ilustraciones de John Flaxman ad hoc.