La satisfacción personal ha de experimentarse, tenemos que sentirla, notarla en nuestra propia piel; no basta con aceptar determinados planteamientos teóricos, sean propios o ajenos. El desarrollo humano se ve, se escucha, se toca; pertenece al campo de la vida sensitiva y exige la emoción de ser sentido. Es posible apropiarse de este bienestar, pues solo precisa ser experimentado.
«Nos corresponde una importante tarea: saber qué hacer para realizar nuestro mayor cometido, que es alcanzar satisfacción personal de forma continua». -Daniel Pérez. Autor, profesor y psicoterapeuta.