Las Cartas a Ricardo, de Rosario Castellanos, constituyen un tesoro y un documento único en la literatura mexicana de la primera mitad del siglo XX. No sólo son la crónica amorosa de uno de los personajes más logrados de nuestra tradición escritos por sí misma, Rosario, sino el amuleto a través del cual podemos conocer los prejuicios de las instituciones que subordinaban los sentimientos a la luz de la razón. Al leerlas uno se pregunta si de veras se puede sufrir tanto por un amor no correspondido o si Rosario encontró, sin saberlo, su “objetivo correlativo” para escribir con la rabia, la pasión, la inteligencia con que lo hizo, sobre lo que fuera, sin detenerse. «Cada mujer que aparece debe enfrentarse a fuerzas que querrían hacerla desaparecer”, dice Rebeca Solnit. Aparecer en estas cartas es el triunfo sobre ese acto de desaparición que opera de forma particular en las mujeres. Y el que en esta edición la UNAM se haya propuesto rescatarla para sus lectoras y lectores es otro acto de resistencia contra el olvido.