Plantea desde el principio los fallos en la comprensión del mensaje de Jesús por parte de los apóstoles, divididos en dos grupos; las omisiones, quien sabe si intencionadas, en los evangelios oficiales; y la creación de la primitiva iglesia cristiana como debió de ser: una iglesia sin jerarquías ni distinciones y no el “montaje, por otra parte totalmente lógico en sus comienzos dada la influencia de la religión judía en la que se movían los protagonistas, que ha llegado hasta nuestros días. El tercer salto en el tiempo, hasta la época del retiro en las montañas de Hermón del Gigante, en el año 25… Jasón y Eliseo hacen un descubrimiento ya previsto por los responsables de la misión: que los han utilizado para hacer el trabajo “sucio”, incluso a costa de sus propias vidas. Quien sabe si realmente Jesús sabía el origen de aquellos dos extranjeros, pero una vez que el Destino los lleve a encontrarse con Él en el Hermón, el libro se convierte en una historia tierna, agridulce, profunda y hasta divertida a veces donde aparece lo que hoy catalogaríamos como un mundo utópico e infinito.