Jugando con la ilusoria literalidad del lenguaje filosófico, como si se tratara de plasticinas abstractas, todos fenómenos de la mente de su escritor, Lenguaje y trascendencia inicia sus páginas con una partida falsa, donde ensalza la capacidad que ofrece la poesía para el pensar sobre los grandes temas filosóficos. Es, en este ejercicio, donde recorre a través del pensamiento de Wittgenstein, Heidegger, Kant, Aristóteles y otros, los hilos conductores de la obra total, la potencia creadora, el origen de las cosas, los parámetros eidéticos por donde pensamos el ser.