El libro que ahora se reedita, La felicidad, recupera para la memoria de los lectores los ocho cuentos que lo integraban cuando se publicó por primera vez, en 1969, en la editorial Galerna. Y digo que recupera los ocho cuentos, porque cuatro de ellos iban a tener, cada uno, su propia y singular historia: «El tío Facundo», “Los tarmas”, “La felicidad” y “Tonini” se publicarían más adelante en distintas antologías de cuentos, o en revistas o suplementos literarios, lo que no ocurrió con “Ahora que va a venir”, «Alimentación y salud”, “La carta y el cuento” y “El remate”. Por eso, en el prólogo a los Cuentos completos (editorial Emecé, 2004), se destacaba esa “feliz cualidad” que tienen los cuentos «de poder agruparse y desagruparse, integrando un libro completo o participando de antologías”. En la antología Dublín al sur (El Cid Editor, 1979), estaban incluidos tres de los cuentos de La Felicidad.
Hoy, con la perspectiva que dan los más de cincuenta años transcurridos, puede decirse que en este libro ya estaban muchas de las claves de la literatura de Blaisten, no solo en su maestría en el cuento, sino también en el manejo del lenguaje coloquial, y su humor ácido y tierno a la vez. Claves o condiciones identitarias que la crítica especializada pudo advertir incluso al momento de la aparición del libro.