Para algunos, la Inteligencia Artificial es un progreso inevitable y benéfico. Para otros, un peligro, que se alía con el cerebro y luego podría llegar a sustituirlo. ¿Dónde se encuentra la línea roja en el uso de una herramienta de semejante potencial?
El entorno ético depende más de la suma de actitudes individuales que de las advertencias legales. Se hace indispensable la reflexión sobre el sentido de la vida humana y la promoción de una cultura humanística, que ayuden a contemplar los grandes avances desde el pensamiento crítico y no solo desde la euforia.