Todo el mundo busca la felicidad, poseer un corazón colmado. Pero la alegría plena se encuentra en lugares desconcertantes. El papa Francisco prologa este pequeño libro, y defiende que esa alegría se alcanza si hacemos protagonistas de nuestras vidas a aquellos que la sociedad rechaza.
Por otra parte, Mirilli defiende la alegría de perdonar y de ser perdonado, sobre todo por Dios, rechazando tantas satisfacciones efímeras de un mundo obsesionado por lo momentáneo.