Rory Kenilworth se quedó de piedra al descubrir quién era realmente, pero con tantos “accidentes” y tantas balas volando por los aires, no tenía tiempo para lamentarse. Tenía que reclamar lo que le pertenecía… y tratar de resistirse a la ardiente mirada de su tutor y guardaespaldas, el misterioso y guapísimo Sebastian Guimond.
El encanto natural de la princesa dejó sin habla al príncipe Laurent, alias Sebastian. No podía seguir adelante con su plan de proteger a Rory haciéndose pasar por su secretario…