Ella estuvo entre nosotros

¿De qué forma puedo encontrarme contigo cuando te necesito, que es casi siempre?

Hace unos años mi mamá consideró que yo veía mucha tele. Me enojé y le grité porque en la casa de Juanita pueden ver tele a cualquier hora, todos los días y cada miembro de la familia tiene una en su pieza. Acá en cambio, hay una sola, así que vemos lo que ella quiere, un programa del canal de la televisión española al que van mujeres y hablan de la menopausia, la infidelidad y las vidas que están recuperando a los cincuenta luego de haber criado a sus hijos. Por programas como ese yo no pude ver Sailor Moon, ni Los Caballeros del Zodiaco, ni Dragon Ball. En los recreos, cuando mis amigas contaban las últimas aventuras de Sailor Jupiter, yo les decía que mejor no tuviéramos hijos porque no podríamos realizarnos como profesionales, o que las terapias hormonales para enfrentar el climaterio estaban siendo cuestionadas por estudios científicos europeos. La única hora en que podía ver tele, disminuyó a treinta minutos y en el tiempo restante me obligaron a leer.

Yo no quiero ser valiente, yo quiero ser una niña.

«entre la muerte i la vida no hai con frecuencia, como dice Buffon, más que una transición tan débil que no se puede apercibir ni siquiera con todas las luces de la medicina y de la observación más atenta».

Cuando ella murió mi papá no sabía ni comprarse zapatos. Era mi mamá quien se los compraba, y sin probárselos, le quedaban justos, perfectos.

Los invitados me dicen que estoy grande, aunque un poco delgada. No saben que tengo anemia porque antes, cuando estaba mi mamá, siempre había charquicán, guisos de verduras, pasteles y muchas ensaladas. Ahora hay harta Coca-Cola, queso y nuggets de pescado con forma de dinosaurio.

Ahora hablamos con vocabulario bélico: a la enfermedad le llamamos «batalla», a mi mamá «luchadora» y para hablar del tratamiento decimos «atacar el cáncer», «destruir el tumor». Hace poco un médico llegó a ocupar la expresión «bombardeemos con quimio».

con esta mujer desde los 16 años, no conoce otra forma de vida como no conoce otro planeta para vivir

Pero ya no me acuerdo de su voz.
Ni de su olor.
Ni de su piel.
Ni de ninguna de sus respuestas.

Tú que fuiste mamá joven, ¿pensaste en abortar a mi hermano mayor?
¿Ayudaste alguna vez a que una mujer abortara?
¿Qué entregaste a cambio de formar una familia, qué perdiste?
¿Le fuiste infiel a mi papá?
¿Nunca deseaste a una mujer?
¿Por qué te gustaba tanto la película Los puentes de Madison? ¿Quisiste alguna vez escapar? ¿Deseaste abrir la puerta de nuestro auto y correr bajo la lluvia hasta hacernos desaparecer?
¿Te molesta mi decisión de no ser madre?
¿Qué fue lo más horrible de ser matrona?
¿Cuántas mujeres violadas tuviste que atender?
¿Deambulas por la casa entre nosotros?
¿Me miras cuando me masturbo?