Mathilda

Jamás había pensado que el sufrimiento pudiera surgir del amor, y esta lección que todo el mundo acaba aprendiendo me fue dada de una forma que muy pocos habían sufrido.

Yo no sabía que los sentimientos involuntarios pueden ser crímenes

Durante aquella noche que pasé a la intemperie, la lluvia fría que caía había hecho con mi corazón lo mismo que las aguas de la cueva de Antíparos, lo había convertido en piedra.

Que la paz, la esperanza y el amor Te guarden

Cuando mis ojos asombrados se posaban en él mientras hablaba, la sonrisa de sus labios me revelaba que las pasiones más amables habitaban su corazón.

¿y quién introduce en el corazón aflicción más amarga que las esperanzas destruidas? ¿No es extraño ver cómo el dolor sucede tan rápidamente a la felicidad más divina?

¿Pues no son acaso las relaciones con el mundo civilizado, la decepción de las esperanzas, las traiciones de los amigos o los eternos conflictos pasionales los que cambian el alma y enfrían el fervor de un corazón juvenil?

Creo que, sin la menor huella de maldad, tenía el corazón más frío que cualquier ser en el mundo: estaba totalmente incapacitada para el cariño.