Ecos del alma (1912) el rastro de un lenguaje romántico tardío es innegable, ya en La gruta del silencio (1913) apreciaremos la absorción de la poética modernista, a la que seguirá fiel en Canciones en la noche (1913) y Las pagodas ocultas (1914), mientras que a partir de Adán (1916) notaremos un cambio de paradigma, en el que irá gestándose la estética creacionista y la entrega del autor a exploraciones vanguardistas diversas, tanto en español como en francés.