Perseguida
por el fantasma de un juego sexual que entabló con “su asesino” (como
llamaría luego a Nicholas, un dominante en busca de una esclava al que
conoció a través de un sitio web de citas BDSM), Catt, profesora y crítica de arte, alterna la vida académica y cultural con los negocios inmobiliarios en el suroeste de los Estados Unidos, mientras trata de descifrar dónde comenzó
ese deseo de muerte que la había llevado de la fantasía al terror.
En 2005, consciente de que el discurso crítico sobre el que basó su carrera
es un sistema de cifrado para otra cosa, se traslada a Albuquerque para
reinvertir algunas ganacias en bienes raíces y restablecer el diálogo con algo más parecido a la “vida real”. Allí conoce a Paul García, un ex convicto
con una historia de vida deudora de lo peor de un sistema político y social
que genera cada vez más marginalidad y desigualdad.
Una novela lúcida y mordaz, que explora la subjetividad femenina
sexualizada, el lado más vulnerable del mundo del arte de elite y la
experiencia dentro del sistema penitenciario, a través del prisma de un
romance atribulado. Y que confirma a Chris Kraus como una de las escritoras
más incisivas de la literatura norteamericana contemporánea.