Usted me reprocha utilizar la palabra humanismo. Es porque el problema se plantea así. O bien hay que llevar la doctrina a un plano estrictamente filosófico, y contar con el azar para que tenga una acción, o bien, dado que la gente le pide otra cosa y que quiere ser un compromiso, hay que aceptar vulgarizarla, siempre que la vulgarización no la deforme