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Kelly Quindlen

Esa chica me vuelve loca

Scottie es la jugadora estrella del equipo de baloncesto de su instituto y acaba de perder de forma espectacular contra el equipo de su exnovia. Al salir del aparcamiento, se golpea sin querer contra el coche de Irene Abraham, la capitana de las animadoras y la persona contra la que mantiene una cruzada personal por un agravio en una fiesta. ¡Ahora tendrá que llevar a Irene al instituto todos los días!

Para Scottie, estar con Irene es una tortura… hasta que descubre que su exnovia está celosa de su nueva «relación». Quizá pueda sacar algo de esto, aunque eso implique tener que convencer a Irene para que se preste al engaño.

Una comedia romántica #enemiestolovers con una relación exquisitamente construida en la que las dos enemigas terminarán apoyándose de maneras positivas.

«La comedia romántica perfecta. Es ese tipo de romance con una química brutal que aun así consigue ser sincero y emotivo». (Adiba Jaigirdar, autora de La guerra de la henna).
«Mitad tierno, mitad mordaz, este romance les encantará a aquellos lectores que busquen un viaje emocional». (Booklist, reseña destacada)
«Una actualización queer de muchos de los elementos clásicos del género romántico: los dos que no se soportan pero comienzan a llevarse bien, el fake dating, el romance deportivo y la superación de un corazón roto». (Publishers Weekly)
«Este romance optimista es adictivo, lleno de diálogos ingeniosos y rebosa autenticidad en lo relativo a las emociones». (Kirkus)
«Un reparto del que te enamorarás y una historia de amor con la que te obsesionarás. Hacedme caso cuando digo que necesitáis este libro». (Leah Johnson, autora de Yo también quiero ser reina del baile)
246 printed pages
Copyright owner
Bookwire
Original publication
2023
Publication year
2023
Publisher
Kakao Books
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Impressions

  • mikiweirdshared an impression5 months ago
    👍Worth reading
    💞Loved Up

  • Andrea Asenjoshared an impression8 months ago
    👍Worth reading

  • nathalyhuertadomin96667shared an impressionlast year
    👍Worth reading

Quotes

  • mikiweirdhas quoted5 months ago
    porreros que se pasan un canuto, en las del equipo de fútbol que les ríen las gracias a los jugadores de béisbol, en el chaval que está vomitando en la esquina y...

    En Tally.

    En medio de la sala, enrollándose con una tía.

    Me quedo sin respiración. Me siento como si una losa de cemento me hubiera caído sobre el corazón.

    Es una chica a quien no había visto nunca, así que no debe de ir al instituto de Grandma Earl. Seguramente sea de Candlehawk, por la ropa que lleva. Y es muy guapa. Tally la besa con tanto entusiasmo que casi parece que se la quiere comer. Por dentro, es como si todas mis entrañas gritasen de dolor.

    Noto una mano cálida en el hombro.

    —Deja de mirar. —Irene presiona con firmeza hasta que consigue darme la vuelta.

    —Pero...

    —No, Scottie. —Me mantiene en el sitio. Su voz es más suave de lo normal—. No te tortures.

    Nos miramos a los ojos. Su mirada es de preocupación, pero no soy capaz de apreciarla en el estado en que me encuentro. Me escabullo como puedo y salgo al patio trasero a toda prisa.

    En el último momento, al cerrar la puerta, miro hacia atrás y veo que Tally me observa.
  • mikiweirdhas quoted5 months ago
    —Uf, qué horror.

    —Te lo dije —continúa Kevin—. Creo que el tipo les ha puesto ajo crudo.

    Irene observa la interacción con la nariz arrugada. Cuando me alejo de la caja de palitos de ajo, me coge del codo.

    —Gracias. Me habría pasado toda la noche si hablarte.

    —En ese caso, «cariño», tal vez me podrías acompañar a la cocina.

    —Me encanta cómo se hablan —le susurra Honey-Belle a Danielle.

    —Totalmente de acuerdo. —Gunther se ha acercado a Honey-Belle todo lo posible mientras se tapa la boca con la mano.

    Irene empieza a ir hacia la cocina, pero la sujeto.

    —¿Qué pasa ahora?

    —Tenemos que ir de la mano. Queremos que Tally se trague esto, ¿no?

    —Estás fatal de lo tuyo —responde, pero me da la mano.

    Atravesamos la multitud, que nos observa con descaro. Para cuando llegamos al centro de la casa, tengo el corazón a mil por la expectativa de ver la cara de Tally aparecer en cualquier momento. Escudriño la sala por el rabillo del ojo, pero no la veo por ninguna parte.

    —¿Y bien? —azuza Irene.

    —Ya aparecerá. Vamos a tomar algo.

    En la cocina hace un calor sofocante y está a reventar de gente, pero el océano se aparta para dejarnos pasar hasta que llegamos a la isla que tiene las bebidas encima. Cojo el vodka y la limonada para ponerme una copa.

    —¿Qué quieres? —pregunto a Irene.

    —Agua.

    —Ja, ja. Te hago uno de estos.

    —No, ya te lo he dicho. Quiero agua.

    Me aparta de un culazo, coge un vaso de plástico y lo llena en el fregadero. Le pone una rodaja de lima en el borde para que parezca un cubata.

    —¿Qué pasa? No me apetece que la gente me dé la brasa por no beber —comenta cuando ve mi expresión.

    Yo sacudo la cabeza: esta chica nunca deja de sorprenderme. Es una distracción agradable de la preocupación por Tally.

    —Danielle está colgadísima de Kevin —dice.

    Se me para el corazón.

    —Anda ya. Qué va.

    —No me jodas. Se ve de lejos.

    —Eso es... No...

    Levanta una ceja.

    —Vale —gruño—. No se lo cuentes a nadie, anda.

    —¿A quién se lo iba a contar? Además, Danielle me cae bien.

    Estoy a punto de responderle cuando le cambia la cara. Se le abren los ojos como platos y deja de respirar.

    —Mierda. —Su mirada se dirige a algún punto por encima de mi hombro
  • mikiweirdhas quoted5 months ago
    —Uf, qué horror.

    —Te lo dije —continúa Kevin—. Creo que el tipo les ha puesto ajo crudo.

    Irene observa la interacción con la nariz arrugada. Cuando me alejo de la caja de palitos de ajo, me coge

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