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Salvador Novo

Viajes y ensayos, I

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  • Ivana Melgozahas quoted12 days ago
    Y la poesía ha de ser como la vida, hasta cuando la vida no es poética.
  • Ivana Melgozahas quotedlast month
    ¿Podría esgrimirse alguna excepcional razón por la cual la, digamos, arquitectura de la vida doméstica debiera sustraerse a la lógica de una transformación que la adapte al medio urbano y social, mutable y constantemente renovado, en que se ejerce? Vivir conforme a la tradición, respetarla, es continuar la gran tradición de nuestros antepasados, que vivieron plenamente su tiempo: que no necesitaron caballerizas, sino canoas, en Tenochtitlan; ni canoas, sino cocheras, en el XIX; es abandonar los velones por los quinqués, y a su tiempo, los quinqués por los focos incandescentes, y la crinolina cuando ya no se puede meter en los aviones, y las mesas de estorbo llenas de bibelots, y los aparadores colmados de loza en el comedor, y los cientos de macetas y jaulas, cuando ya no hay quien las limpie y sacuda, y riegue, y alimente, y lave, y enseñe a cantar, todos los días; y las colchas tejidas a mano, cuando las muchachas ya no se quedan en casa a languidecer su soltería, sino que ganan buenos sueldos en la oficina; y la sala llena de ajuares de medallón, cuando las amistades en realidad prefieren que nos reunamos en el bar para ir al cine y a cenar por el Centro; y el jardín privado que cuesta tantísimo trabajo mantener verde con esto de que no hay jardineros ni bastante agua, cuando realmente Chapultepec es más bonito, y nada cuesta…
  • Ivana Melgozahas quotedlast month
    Pero convenida por los hombres la entrega de su comunidad urbana a un gobierno y a una concurrencia industrial y comercial ejercida fecundamente fuera de los hogares, todas las funciones sociales de los ciudadanos empezaron a cumplirse mejor, también, fuera de los hogares, y éstos a depurarse de la necesidad, o a abdicar de ella, o a verse impedidos de la posibilidad de competir en hacerlo con ellos, de ofrecer a aquellas funciones una menguada, esforzada equivalencia. Ninguna biblioteca privada podría competir con las públicas; ninguna cocina con un buen restaurante; ningún salón con un teatro, ninguna colección de macetas con el jardín público, ningún patio con la Ciudad de los Deportes.
  • Ivana Melgozahas quoted2 months ago
    Porque a poco que se medite, descúbrense muchas y válidas razones para que las ciudades, como los hombres que las forman y habitan, se enfrenten por inescapable determinismo a un incómodo dilema: o la cripta honorable, o la vida imprevisible: o la momia, o el hombre: o el museo, o la urbe; razones que se van ejerciendo en el curso del tiempo y del espacio para alejar al hombre, y a las ciudades, de la muerte, a costa de irlos despojando de cuanto pueda congelarlos con su hálito, y al precio de irles imprimiendo los moldes de una adaptación imprescindible a su supervivencia, y por ella condicionada. Desde Tenochtitlan —y a diferencia de Mitla, de Chichén, de Teotihuacan, conservadas en el frigorífico de los siglos—, ha sido el destino de México sobrevivir a costa de transformarse. El empeño, por lo visto, vale la pena.
  • Ivana Melgozahas quoted2 months ago
    al intuir que la belleza es forma y color expresivos, y que para crearla, no hay material indigno, ni inútil.
  • Ivana Melgozahas quoted2 months ago
    Nuestro itinerario era urbano; y si ahora andábamos más o menos por sus “afueras”, es porque la inmortal primavera que perseguíamos por remate y coronación de esa visita, reside húmeda, indígena, apacible, tristona, en este Xochimilco que pugna por seguir recordando que el Anáhuac que deslumbró a los conquistadores, y que les hizo evocar a Venecia, se asentaba, como Xochimilco, sobre agua.
  • Ivana Melgozahas quoted3 months ago
    ¿No es esta confusión, este romántico fausticismo, una de las formas cautivadoras y legítimas en que la ciudad escatima su rendición a los extraños, y sólo al precio de conquistarla poco a poco, de cortejarla, de amarla mucho, entrega al fin su rico secreto —recatado y difícil— a quienes la adoramos tal como es?
  • Ivana Melgozahas quoted3 months ago
    ¿No es esta confusión, este romántico fausticismo, una de las formas cautivadoras y legítimas en que la ciudad escatima su rendición a los extraños, y sólo al precio de conquistarla poco a poco, de cortejarla, de amarla mucho, entrega al fin su rico secreto —recatado y difícil— a quienes la adoramos tal como es?
  • Ivana Melgozahas quoted3 months ago
    Algún árbol superviviente, respetado, caduco, aislado, nos indicaba que todo aquello —hasta hace tan poco como lo evidenciaba la edad visible de las casas— había sido un jardín, el de la Tabacalera
  • Ivana Melgozahas quoted3 months ago
    Con fina gracia, la ciudad se cierra, se ataja, las avenidas, con un edificio que lo vale. Así, desde San Francisco (Madero) se puede avizorar el bello oasis del Palacio Nacional; o desde el 20 de Noviembre, la catedral; o desde el 5 de Mayo, el Palacio de Bellas Artes; o desde la Juárez, el Monumento de la Revolución. No nos gusta, como a los yanquis, la monotonía en serie de una avenida, de una calle, sin principio ni fin, de un Main Street. Las rematamos con un broche de oro, y sin duda por eso hubo en la Colonia tantas calles cerradas de esto y de lo otro de las que muchas sobreviven. Una comunicación larga, o las que sean indispensables para vincular armoniosamente a la ciudad, sí, por supuesto.
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