Hay una cara oculta de la cosas. La literatura, la vida cotidiana, la Historia universal: todo tiene un lado de sombra, una reserva de sueños. Un territorio donde aquello que no sucede a la luz del día prosigue, de noche, su secreta existencia. Éste es el territorio que explora Del día y de la noche. En un relato, una mujer llega a las ruinas de Pompeya y comprende que ese mundo desaparecido es el suyo. En otro, alguien viaja al pueblo de sus antepasados y busca el eco de sus voces en las calles vacías.
El extraño Brunnet recorre los pueblos para demostrar a la gente que todos somos asesinos. Un marino apodado Capitán Ventarrón lleva el mal tiempo allá donde va. El reverendo Reginald Pirinius observa azorado cómo los marineros se solazan con las nativas, mientras él es turbado por los encantos de los jovencitos del Nuevo Mundo. Criaturas nacidas de esa “noche” que sirven de contrapeso a las historias, los personajes de Sylvia Iparraguirre son tan conmovedores como inquietantes. En este, quizá el más personal de sus libros, una de las escritoras argentinas más celebradas en el mundo despliega con libertad inédita su fantasía, su sentido del juego y su veta de humorista.