El centenario del nacimiento de Paulo Freire es una oportunidad propicia para recordarlo, reivindicarlo y repensarlo. Para constatar la vigencia de su legado. Esto es lo que se hace en esta obra coral, donde resuenan los ecos de su pensamiento rebelde en el que siempre se asocian la indignación y la esperanza, la crítica y la propuesta.
Su pedagogía es una apuesta radical por la práctica de la libertad, por la justicia social y por la emancipación colectiva. Por un mundo mejor: más amoroso, solidario y humanizado.
«Paulo Freire dejó huellas profundas en muchas personas, como seres humanos y como profesionales de diferentes áreas. No solo por sus ideas, sino, sobre todo, por su compromiso ético-político. […] No solo convenció a muchas personas en muchas partes del mundo por sus teorías y sus prácticas, sino también porque despertó en ellas la capacidad de soñar con una realidad más humana, menos fea y más justa. Como legado nos dejó la utopía.» (Fragmento de la Introducción de Moacir Gadotti)