Cuestionarse el derecho a opinar en pleno siglo XXI y asumir que una parte de la población se crea con derecho de callar a otra es un peligro. El dialogo, incluso entre posiciones opuestas, es la base de cualquier convivencia democrática, algo que parece olvidarse en un entorno socialy cultural en que abundan las verdades absolutas.Se conoce como PENSAMIENTO WOKE a quienes prohíben y acosan a otros con criterio distinto.