Osos lujuriosos que seducen a las mujeres, un piojo gigante con cierta inclinación por la natación, un legendario sapo volador y una carismática víbora… Un libro que nada tiene que envidiar a los textos de Sjón, Tolkien o Beckett. “El hombre que hablaba serpiente”, un auténtico fenómeno editorial, nos narra la fantástica y conmovedora historia de Leemet, un muchacho que vive con su familia de cazadores-recolectores en el bosque, y que es, además, el último hablante del serpéntico, un idioma ancestral que permite a sus conocedores comunicarse con los animales. Pero, a medida que la gente se traslada a las aldeas, donde se rompen la espalda arando la tierra y se alimentan de un pan que a Leemet le parece el alimento más terrible que haya probado jamás, el bosque se va vaciando gradualmente.