Las obras que componen este volumen, “El cazador de gringos” (2005), “Los corolarios de la oruga” (2007) y “Anela” (2004), poseen personajes al margen de la sociedad, llenos de anhelos que esperan en otros parajes, pero a la vez se saben incapaces de aprehenderlos, por lo que optan por mantenerse inmóviles, omitir el paso del tiempo voluntariamente, evitar el cambio. En este sentido, estos personajes se asemejan a héroes trágicos en una cruzada contra el destino, aunque en este caso se trata de una cruzada en contra de la realidad, lo que los sitúa en el terreno de lo patético, de lo absurdo.